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Ventilación

La ventilación forzada, se realiza mediante la creación artificial de depresiones o sobre presiones, utilizando conductos de distribución de aire o entre áreas de un edificio.

Éstas pueden crearse mediante extractores, ventiladores, unidades de tratamiento de aire (UTAs) u otros elementos accionados mecánicamente.
La ventilación en caso de incendio incrementa la visibilidad por una localización más rápida del foco del incendio, además disminuye el peligro para las personas atrapadas en el interior al canalizar hacia fuera los gases calientes y tóxicos.

La ventilación por presión negativa, consiste en extraer humo y contaminantes desde un espacio confinado hasta el exterior. Se hace creando un método mecánico que genera una corriente de aire y puede hacerse con un ventilador o con un pitón de neblina. De esta manera se genera un efecto venturi o succión hacia el exterior. Es de crucial importancia proveer las aperturas necesarias para que ingrese el aire de reemplazo.
Sacar al exterior los humos y gases de combustión mediante sistemas de extracción mecánica, lleva consigo una gran disipación térmica, acumula el humo en el techo del recinto, facilitando la visión y la respiración de los atrapados, permite la aproximación al incendio de forma segura y facilita los trabajos de extinción.

  • Ventilación de garajes por conductos metálicos
  • Ventilación de vestíbulos, escaleras y espacios protegidos
  • Ventilación de locales
  • Ventilación de industrias
  • Ventilación de procesos